Todo el equipamiento se integra tras un panel contínuo, donde los electrodomésticos de Siemens se combinan con la bancada y el frontal de cuarcita Vancouver de Cosentino, cuya textura natural aporta robustez y sofisticación.

Al abrir el “Sipario”, la iluminación interior, accionada por sensores, enfatiza los detalles: el fregadero, realizado con la misma piedra de la bancada, dialoga con el tecnometal que reviste el habitáculo oculto en bronce y oro real, mientras los cajones vistos en Nocce prolongan la calidez de la madera. El grifo de Plados en acabado Tabacco añade un acento singular y funcionalidad premium.

La zona de estar continúa este relato urbano: el sofá Piumotto de Busnelli, diseñado por Franco Driusso, invita al descanso con sus volúmenes acolchados, mientras la mesa Toah de Arrital, de porcelánico Inalco (140×140), establece un centro neutro y resistente, acompañado por las sillas Shift de Alf DaFrè, cuyas líneas sobrias complementan la paleta matérico-textil.

Frente a la cocina, un mueble vertical de perfiles que sirve de soporte para la televisión y, a su vez, alberga un bar oculto: baldas de cristal ahumado y compartimentos en silky alpaca se combinan con estantes en oro real de tecnometal, ofreciendo un punto de encuentro tanto para el relax como para el entretenimiento. Con su fusión de elementos industriales y trazos de diseño italiano, este loft neoyorquino redefine la vida urbana como un escenario versátil, lleno de matices y perfectamente orquestado para el ritmo cosmopolita.